Pedaleando
La entrada que publico a continuación tiene cómo objetivo desenmascarar que el problema de las pensiones no es un problema de índole técnica; sino, que se trata de un problema ideológico, como todos los problemas que tratamos de resolver desde el análisis económico.
Permítanme que antes de empezar me apoye en el “criterio del experto”:
«Las soluciones de los problemas económicos nunca son económicas sino políticas. No hay oscuras fórmulas técnicas que permitan resolver las dificultades en un clima de gabinete».
Lección magistral del profesor Enrique Fuentes Quintana en TVE, año 1977, vísperas de los Pactos de la Moncloa
(ver a partir del 1:30)
El sistema de pensiones en España
Sucintamente, debemos entender que el sistema de pensiones español está fundamentado y diseñado bajo un principio de gestión colectiva. Los trabajadores/as en activo contribuyen, a través de sus cotizaciones a la seguridad social, a un fondo que se utilizada para pagar las pensiones de los trabajadores/as que están en situación de retiro de sus puestos de trabajo.
De forma más rigurosa, cinco principios rigen el funcionamiento de este sistema (ver mas extensamente aquí): (i) el principio de reparto: las cotizaciones de los trabajadores en activo financian las prestaciones existentes en ese momento; (ii) el principio de proporcionalidad contributiva: la cuantía de las prestaciones guardará relación directa con las cantidades aportadas al sistema público y al periodo de cotizaciones efectuadas; (iii) el principio de universalidad: aquellos que no hayan contribuido al sistema podrán acceder al nivel no contributivo de prestaciones para poder cubrir las necesidades más básicas; (iv) el principio de gestión pública: el sistema de la Seguridad Social estará gestionado y financiado por entidades públicas. (v) el principio de suficiencia de prestaciones: la cuantía de las prestaciones debe ser suficiente para asegurar las necesidades protegidas.
A lo que hay que añadir que de esta manera se cumplen otros dos principios: un principio de solidaridad intergeneracional; y, un principio de solidaridad interregional, que garantiza que todos los ciudadanos del Estado español tengan derecho a su pensión por jubilación, independientemente de la región en la que vivan.
Vaya por delante una opinión preliminar, es todo un logro y una paradoja que en el modo de producción capitalista exista un vestigio de estas características. Es decir, una forma de gestión colectiva, con todos sus aciertos y defectos, frente a las soluciones individualistas y auto-interesadas más propias del capitalismo. Es decir, la norma en el capitalismo (la cual rige en otros países) es optar por planes de pensiones privados e individuales. Entendiéndose lo individual y propio como más “justo”.
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