Economía Crítica y Crítica de la Economía

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Bankia: silencios que matan

Autor: Juan Ruiz

Este artículo fue publicado el 7 de septiembre de 2020 en Contexto y Acción

La operación con La Caixa solo tiene sentido político: se produce cuando las acciones de la antigua caja tienen un tercio de su valor, sin un plan de negocio destinado a crecer, con gran número de duplicidades y en contra de la competencia Seguir leyendo…

El acuerdo europeo: un éxito que necesitará de otros

Autor: Juan Ruiz

ctxt.es (La Paradoja de Kaldor)

Finalmente, los distintos gobiernos europeos han logrado un acuerdo histórico que permite dar un paso adelante en la Unión Europea. Semanas de duras negociaciones y una cumbre de cinco días, una de las más largas de la historia de la UE, que terminan en una imagen de unidad que era difícil recordar y que permite aparcar muchas tensiones. Pese a que no cabe duda del éxito del acuerdo y de que la respuesta ha sido muy diferente a la de la anterior crisis, el pulso que supondrá la evaluación de los planes de reformas será un momento clave para confirmar que definitivamente existe la posibilidad de una política económica diferente.

Estas semanas hemos visto cómo se han repetido los viejos mantras de que la población de los países del Sur ha vivido por encima de sus posibilidades. Hasta el punto de que durante las negociaciones hubo quien propuso más recortes como remedio a una crisis económica que tiene su origen en una pandemia mundial. En realidad, convivimos con dos pandemias de forma simultánea. La primera nace del coronavirus, cuyo origen se sitúa en China y cuyos efectos han tensionado los sistemas sanitarios y las economías de muchos países hasta límites desconocidos. La segunda es anterior y consiste en la vuelta a los fanatismos y nacionalismos exacerbados. Así, la sustitución de Obama por Trump marcó un nuevo punto de inflexión en las relaciones internacionales al redefinir los límites de lo tolerable hasta alinearlos con lo denigrante en demasiadas ocasiones. En esta ocasión el intento de hacer hegemónico un discurso que justificaba nuevos recortes, para promover una agenda política al margen de los parlamentos, no se ha impuesto, aunque no debe darse por sentado que los viejos argumentos que defienden la austeridad no retornen una vez que hayamos superado la pandemia y deje de estar activa la cláusula de salvaguarda y el Pacto de Estabilidad y Crecimiento vuelva a escena.

En esta crisis la receta de más recortes está plagada de inconsistencias. La primera, llevar al centro del debate la reforma del mercado de trabajo y el sistema de pensiones cuando la crisis productiva que nos azota no tiene su origen en ninguno de estos dos campos. Es lícito que algunos partidos y pensadores defiendan en el Parlamento, en sus programas políticos y en sus artículos de opinión, recortes y consolidación fiscal agresiva, pero son las urnas quienes deben darles la razón en lugar de tratar de supeditar el plan de reconstrucción a cuestiones que no han estado en el origen de la crisis. En el último informe de la Comisión Europea previo a la pandemia se señalaba que la economía española necesitaba: fomentar la innovación, mejorar la cualificación de la mano de obra, reformar infraestructuras como la ferroviaria, ampliar las conexiones energéticas con Europa, y promover la calidad del empleo y la mejora de los servicios sociales. Estos problemas no han desaparecido y son el objetivo de las reformas que se deberían solicitar para lograr un crecimiento fuerte y socialmente inclusivo, no los recortes de derechos laborales y del sistema de pensiones. El discurso de que los países del Sur viven por encima de sus posibilidades debería convertirse en el de que los países del Sur deben desarrollar políticas orientadas a lograr mayor inversión en I+D, desarrollar mejores infraestructuras y una industria fuerte que genere empleos de calidad para converger con Europa, además de mejorar sus sistemas de protección social.

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Berlín, suena el teléfono

Autor: Juan Ruiz

Artículo de Juan Ruiz (La Paradoja de Kaldor) para Contexto y Acción publicado el 9 de abril de 2020

Quienes comparten el mando de la UE deben recordar que dirigen una de las regiones más prósperas del planeta y que mirar para otro lado les empequeñece como personas, envilece la comunidad internacional y merma las alianzas e influencia de la propia Unión Seguir leyendo…

¿Hay mucho gasto “político” en España? Un repaso por el gasto público

Autor: Juan Ruiz

ctxt.es (La Paradoja de Kaldor)

Entre las propuestas más radicales que tuvieron lugar durante la pasada campaña electoral encontramos la eliminación de las autonomías y volver a la recentralización del Estado. Una solución con la que, en palabras de quien la propone, nos ahorraríamos alrededor de 24.000 millones de euros de “gasto político” innecesario que se podría destinar a pensiones o a reforzar otros derechos de los ciudadanos.

Estos 24.000 millones son una cantidad nada desdeñable. Equivalen al rescate estratosférico de Bankia, o al coste del programa Artemis con el que la NASA se ha propuesto volver a pisar la luna en 2024. Por lo que si en España tiene lugar semejante despilfarro las estadísticas deberían arrojar algo de luz. Eurostat permite hacer una comparación con los países vecinos. Bajo la rúbrica “gasto en servicios públicos de interés general” se recoge lo que cada Estado en sus diferentes niveles (central, Lander, provincias, CCAA, municipios…) destina a:

  1. Administración, funcionamiento y apoyo de los órganos ejecutivos y legislativos.
  2. Servicios públicos generales. Gastos dedicados a planificar, coordinar e implementar las políticas de la Administración, que como los anteriores también contarían como gasto político.

El resto de las partidas no se corresponderían a lo que se puede describir como gasto político. Estas serían:

  1. Ayuda económica al exterior.
  2. Investigación básica.
  3. Investigación al desarrollo.
  4. Operaciones de deuda pública.
  5. Transferencias de carácter general entre distintos niveles de gobierno.

Los últimos datos disponible de 2017 muestran que, en el caso de España, la cuantía total de estas partidas es de 64.892 millones de euros. De los cuáles, el 48% corresponde a operaciones de deuda pública, principalmente pago de intereses. Añadiendo 3 partidas más alcanzamos el 99% del gasto. Estas son: 1) Administración, funcionamiento y apoyo de los órganos ejecutivos y legislativos (16.512 millones), 2) Servicios públicos generales (11.439 millones), y 3) investigación básica (5.074 millones). Como hemos dicho, son gasto burocrático-político las partidas: 1) Administración, funcionamiento y apoyo de los órganos ejecutivos y legislativos, y 2) Gastos en servicios públicos generales. La suma de ambas para todas las administraciones es de poco más de 16.000 millones de euros. Resulta obvio que no hay suficiente para recortar 24.000 millones de golpe. ¿Pero es mucho gasto respecto a los países europeos?

En el siguiente gráfico comparamos el gasto en servicios públicos de interés general sobre el PIB de cada país una vez descontando el pago de intereses de la deuda. España es el séptimo país por la cola justo por delante de Polonia y Rumanía 0,9 puntos por debajo de la media europea y 1,1 por debajo de la media de la eurozona.

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Lecciones del pasado sobre la lucha contra el calentamiento global

Autor: Juan Ruiz

ctxt.es (La Paradoja de Kaldor)

“Lo que estamos haciendo ahora al mundo…. con la adición de gases de efecto invernadero al aire a un ritmo sin precedentes… es nuevo en la vida de la Tierra. Es la humanidad y sus actividades las que están cambiando el medio ambiente de nuestro planeta de manera dañina y peligrosa.” “Todos sabemos que las actividades humanas están cambiando la atmósfera de manera inesperada y sin precedentes.” Ninguna de las citas pertenece al discurso de Greta Thunberg en la ONU. La primera data de 1989 y también fue pronunciada en un discurso en la Asamblea de Naciones Unidas, pero por Margaret Thatcher. La segunda es de Bush padre en 1990. Ambos líderes de la contrarrevolución conservadora fueron abiertamente conscientes de que el cambio climático podría llegar a ser uno de los grandes retos del planeta, y con ambas citas comienza el libro de Jeffrey Bennett A Global Warming Primer, donde explica de forma cercana cuestiones que hasta ahora han estado lejos de los programas académicos universitarios de las disciplinas enmarcadas en las Ciencias Sociales.

Podemos aceptar que las cuantificaciones que ofrecen los estudios sobre el cambio climático son imperfectas, pero no podemos ignorarlas. Más cuando todas apuntan en la misma dirección. Existe el consenso de que una economía compatible con un escenario de menos de 2°C necesita una reorientación rápida y masiva de las inversiones y que lo que hagamos en las dos próximas décadas determinará el grado de deterioro del planeta que heredarán las generaciones futuras. También existe consenso de que los desastres naturales afectarán a los que están en una situación geográfica más vulnerable y a quienes tienen menos recursos. En el caso de la Unión Europea la asimetría geográfica de los impactos hace que los Estados del sur sean los que se encuentren en una mayor situación de riesgo y por tanto quienes deberán experimentar un proceso más profundo de adaptación, pero el hecho de que los países más pobres sean los que están a mayor temperatura, más expuestos, menos preparados y con menos recursos hace que la situación sea todavía peor fuera de nuestras fronteras.

Según el Grupo Intergubernamental de expertos en cambio climático, habría que duplicar las inversiones anuales en energía renovable, multiplicar por cinco las inversiones en eficiencia energética y desinvertir anualmente unos 500.000 millones de dólares en fuentes de energía fósil durante próximos 20 años. Pero no se trata sólo de hacer inversiones. Antes hay que aceptar que el modo de vida occidental hace tiempo que no es compatible con un desarrollo sano del planeta. La estimación de los costes asociados al emprendimiento de acciones de adaptación es inferior a las pérdidas económicas esperadas por la reparación de los daños causados por el calentamiento global. La UE se arriesga a perder a final de siglo el equivalente al 1,9% de su Producto Interior Bruto. La zona  sur sufriría el mayor impacto, con pérdidas anuales de alrededor del 4% del PIB, si se llega al escenario de tres grados. Recientemente Alemania ha lanzado un programa de inversiones poco ambicioso y que dista de ser suficiente para resolver el problema de fondo. Mientras que los países periféricos, los más vulnerables dentro de la Unión, estaríamos condenados por la ortodoxia económica, que asume que no existe margen fiscal ni en un contexto de tipos de interés negativos.

El World Energy Outlook (WEO) de 2018 estima que es posible lograr un nivel similar de PIB en 2040 bajo 3 tipos escenarios distintos de crecimiento. En el gráfico se representan los 3 escenarios donde cada burbuja representa la cantidad de PIB con 3 niveles distintos de emisiones que son consecuencia de cambios en la demanda energética, resultado de un sistema más eficiente.

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Sobre la legalización del cannabis recreativo y la recaudación estatal

Autor: Juan Ruiz

ctxt.es (La Paradoja de Kaldor)

Parece que la legalización del cannabis está dejando de ser un tema tabú para muchos dirigentes políticos. La última en sumarse ha sido Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, que ha anunciado un referéndum en 2020 para decidir si sigue la vía abierta por José Mújica en Uruguay y Justin Trudeau en Canadá. En España, cuando se habla de la legalización del cannabis, la principal aproximación que encontramos para medir el sentir popular son las encuestas del CIS. La última de noviembre de este mismo año señalaba que el 84% de los encuestados se mostraba a favor de su legalización para uso médico. Mientras que en el caso del uso lúdico existía mayor división y el porcentaje a favor era del 47,2%. En una sociedad con una democracia de calidad es muy posible que el debate sobre la legalización de una sustancia prohibida para uso recreativo terminara con una consulta a la población adulta para conocer su opinión como ocurre en otros países, pero aquí todavía estamos superando la fase de ondear banderas.

Volviendo al tema principal, resulta obvio que parte de quienes están en contra lo están por los riesgos que atribuyen a esta droga, mientras que parte de los que se muestran a favor los ignoran. Estos son diversos y continúan sometidos a estudio. Entre los distintos riesgos que recoge la literatura científica encontramos: adicción, síndrome amotivacional, complicaciones crónicas del sistema respiratorio, disminución de la calidad del esperma, factor de riesgo sobre población vulnerable a desarrollar esquizofrenia, interferencia en el desarrollo del feto, y el incremento de las posibilidades de sufrir un accidente de tráfico. Por otro lado, parece que el cannabidiol, uno de los componentes que es posible encontrar en el cannabis, no parece ser nocivo, y distintos estudios le atribuyen propiedades terapéuticas como antiinflamatorio, analgésico, neuroprotector, ansiolítico o antioxidante. Sin embargo la OMS aún no recomienda su uso medicinal ya que considera que son necesarios más datos.

El propósito de este artículo no es hacer un análisis de los riesgos ni beneficios de esta sustancia, sino que se limita a proponer una modelización de los ingresos que reportaría al Estado la legalización del cannabis recreativo. Por lo que dejamos de lado el debate de los posibles efectos sobre la salud para centrarnos en el análisis de su impacto económico mediante el estudio de las principales magnitudes disponibles.

Supuestos de partida

Debido a que en España existen relativamente pocos datos sobre el consumo de cannabis recreativo debemos llevar a cabo algunos supuestos para estimar su consumo. Para ello partimos de los datos de consumo y prevalencia entre la población a los que asignamos un consumo diario medio y un precio medio por dosis. Especificamos nuestra modelización como sigue:

La lectura de la anterior fórmula indica que el consumo de un periodo (C) es igual al precio medio (P) por la cantidad consumida (Q). Lo que a su vez es igual al precio medio (P) multiplicado por el sumatorio del consumo de cada grupo de población (Pb), multiplicado por el sumatorio de los gramos (Gr) consumidos por día (D).

A partir de la encuesta sobre prevalencia en el consumo planteamos 2 grandes categorías (residentes y turistas) con 3 tipos de frecuencia (diaria, mensual y anual).

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El oscuro papel de la CNMC

Autor: Juan Ruiz

ctxt.es (La Paradoja de Kaldor)

La preocupación por la regulación del alquiler turístico se ha convertido en una cuestión global, y son ya muchas ciudades las que han tomado medidas: Nueva York, Los Ángeles, Tokio, París, Berlín, Londres, Reikiavik o Ámsterdam. Entre estas medidas destacan la política One host, one home de Nueva York, por la que un propietario no puede publicitar más de una propiedad; o el modelo de Reikiavik, por el que se implementa un límite económico de 8.000 dólares al año para que los particulares puedan alquilar sus casas a través de estas plataformas. Como es sabido, en España algunos ayuntamientos –como el de Madrid o Barcelona– ya están adoptando también medidas en el mismo sentido, impulsando una nueva regulación del alquiler turístico que haga compatible dicha realidad con el derecho de la ciudadanía a acceder a una vivienda. España es una gran potencia turística, el país de la OCDE donde el turismo aporta más al producto interior bruto, y el segundo con mayor afluencia turística, con 82 millones de visitas.

La CNMC publicó el pasado 19 de julio un informe sobre la regulación de las viviendas de uso turístico (VUT) en España. En dicho informe se realiza un análisis sobre los efectos del incremento de la oferta de alquileres de viviendas de uso turístico y se dan una serie de recomendaciones a las administraciones públicas. El informe considera que no existe relación entre el aumento de los precios de los alquileres en las grandes ciudades y el éxito de las plataformas de alquileres de vivienda de uso turístico, utilizando los mismos argumentos que el lobby del sector, y obviando cualquier estudio académico que muestre la existencia de un vínculo entre el éxito de estas plataformas y la subida de precios del alquiler en las grandes ciudades. Al igual que ocurrió durante la burbuja inmobiliaria, la lectura de la CNMC es que es el mercado quien debe regular –en exclusiva– los precios, aunque esto suponga un descenso en la calidad de vida de los ciudadanos. Estas conclusiones que eluden contemplar, en su justa dimensión, las consecuencias económicas y sociales que se derivan de la desregulación total de los alquileres turísticos, así como lo sesgado del análisis, invitan a cuestionar la supuesta imparcialidad del organismo y lo que es más preocupante la captura de este por el lobby del sector.

Los efectos positivos que la CNMC recoge en su informe se pueden agrupar en los siguientes puntos que a continuación comentaremos: 1) incrementa la oferta turística, reduce costes y mejora la calidad ofertada; 2) actúa contra el aumento de precios en temporada; 3) elimina la información asimétrica; 4) permite la trazabilidad y una mayor transparencia de las transacciones económicas; 5) permite la entrada de particulares en el mercado; 6) moderniza los barrios del centro de las ciudades.

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Las SOCIMIs, el último “all in” del Gobierno al pelotazo inmobiliario

Autor: Juan Ruiz

La Paradoja de Kaldor

La irrupción de las SOCIMIs ha supuesto un cambio significativo en el mercado inmobiliario en España. Su atractivo principal para los inversores es la exención del Impuesto de Sociedades (IS), siempre que se cumplan una serie de requisitos [1]. Por tanto, nos encontramos ante sociedades anónimas de inversión inmobiliaria, dedicadas a la adquisición y promoción de bienes inmuebles de naturaleza urbana para su arrendamiento, que gozan de importantes exenciones fiscales como son: a) la exención del Impuesto de Sociedades; b) una bonificación del 95% en el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados; y c) un gravamen especial para los dividendos [2].

Fue mediante la Ley 11/2009, de 26 de octubre, por la que se regulan las Sociedades Anónimas Cotizadas de Inversión en el Mercado Inmobiliario, como se abrió la puerta a este tipo de sociedades. No obstante, la primera SOCIMI (Entrecampos Cuatro SOCIMI, S.A.) no llegaría al MAB hasta noviembre de 2013. A partir de dicho momento comenzaron a proliferar y, en un corto periodo de tiempo, encontramos que se han registrado más de cincuenta empresas que controlan alrededor de 35.000 millones de activos. Los principales cambios legislativos que explican este auge se recogen en el siguiente cuadro. Donde llama la atención la exención del Impuesto de Sociedades y la ausencia de ratio de apalancamiento, aunque hasta ahora esta segunda característica no ha sido un problema dado que las SOCIMIs se han venido financiando, principalmente, mediante recursos propios.

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Respecto a la cartera de inmuebles no es casualidad que Madrid y Barcelona sean los destinos más importantes de las SOCIMIs y aquí comienza el debate ¿es justo el trato impositivo favorable que reciben estas sociedades en el contexto de la burbuja de alquileres que existe en muchas de las capitales de provincia? ¿Lo es para el resto de empresas? ¿Ayuda al ciudadano a ejercer su derecho fundamental a una vivienda digna? Parece claro que la respuesta es negativa en los tres casos. Las SOCIMIs alimentan la burbuja del alquiler, deterioran las arcas públicas, y perjudican la competencia fomentando un modelo de empresa injusto.

Alimentan la burbuja del alquiler

En el siguiente gráfico se presentan los activos gestionados por las SOCIMIs cotizadas en el MAB. Destaca la importancia que tienen las viviendas que suponen un 22% de sus activos, seguidas de oficinas (20%), centros comerciales (14%) y locales (14%).

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La rentabilidad media de los alquileres de vivienda, durante los años que coinciden con la formación de las SOCIMIs, tiene una tendencia al alza que ha llevado a que se debata en torno al surgimiento de una nueva burbuja de alquiler. En el siguiente gráfico se recoge la rentabilidad media entre 2013 y 2017 que tiende a incrementarse llegando al 7,3%.

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Pero si tuvieramos en cuenta únicamente la evolución del precio del alquiler de Madrid y Bardelona, las 2 grandes capitales donde las SOCIMIs concentran sus inmuebles, observamos que esta tendencia es mucho más pronunciada y encontramos unas tasas de crecimiento de los precios que oscilan entre el 11% y el 18%.

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La econometría y los datos

Autor: Juan Ruiz

La Paradoja de Kaldor

Desde hace ya algunas décadas los modelos econométricos se han impuesto en el imaginario de muchos economistas como una de las formas más técnicas y refinadas mediante la que la Ciencia Económica prueba sus teorías y muestra sus resultados. El objetivo de este documento es plantear alguna de las debilidades que suelen encontrarse en muchos de los datos que alimentan esta técnica.

Comencemos por un modelo donde la estadística se emplea con variables sobre las que tenemos la posibilidad de realizar mediciones certeras y posibilidad de control, como es el caso de la medición de la producción de cosechas. Mediante la experimentación es posible medir cómo afectan distintas variables a la producción de un determinado fruto, flor, cereal o al crecimiento de una planta. Es posible plantear un modelo donde la producción por planta dependa de parámetros que podemos medir con precisión como: temperatura, humedad, cantidad de fertilizante, cantidad de Co2, horas de luz, ph del agua, tipo de sustrato, etc. La particularidad que tiene un modelo que emplee las anteriores variables es que todas pueden ser controladas. De este modo, con una población suficientemente grande, podemos ver cómo un cambio en cualquiera de las variables incide en la producción final. Además, los márgenes de error de las mediciones son mínimos, gracias a que durante el siglo XX ha habido una auténtica revolución en las herramientas métricas y actualmente contamos con artilugios que permiten realizar mediciones de forma milimétrica. Contamos pues, con 2 cuestiones fundamentales para la experimentación: control de las variables y herramientas de medición adecuadas.

Si, por lo general, encontráramos las mismas posibilidades de medición en las Ciencias Económicas, que encontramos en las Ciencias Naturales, podríamos afirmar que la econometría es una herramienta que nos ofrece la prueba del algodón que nos permitiría encontrar relaciones fuertes y, tal vez, incluso responder a unos cuantos porqués de la Economía. Pero cuando se plantean estudios macroeconómicos, de las dos características anteriores (variables de control y herramientas de medición), no podemos manipular las primeras, ya que el objeto de estudio se escapa a nuestro control. Y si pensamos en la segunda, la calidad de los datos, veremos que también nos encontramos con problemas.

A nivel macroeconómico encontramos datos que no son directamente observables y que nacen de un conjunto de encuestas, declaraciones impositivas, cuentas del sector público, estadísticas empresariales, información elaborada por el sistema financiero y otras fuentes. Como, por ejemplo, ocurre en el dato macroeconómico más popular, el PIB y sus distintos componentes. Obviamente agregar todo lo que se produce en un país en un único número contiene un margen de error y grandes dificultades que van desde la veracidad de las cuentas de millones de empresas no auditadas, hasta las transformaciones de las mediciones anuales en trimestrales, o las las diferencias de tiempo entre la medición de cada componente.

Como el propio INE recoge en su documento de Metodología de la Contabilidad Nacional Trimestral de España: “Aunque la situación ideal estaría relacionada con la completa disponibilidad de fuentes directas, la realidad indica que este escenario no es posible para la mayoría de los agregados macroeconómicos trimestrales, por lo que, frecuentemente, hay que recurrir a procedimientos estadísticos y econométricos para estimar los agregados trimestrales.” Ante estas dificultades técnicas son muchos economistas[1] que se han preguntado hasta qué punto tiene sentido ofrecer datos como el del crecimiento del PIB con decimales, como si pudiéramos medir con una precisión milimétrica similar a la de un laboratorio donde percibimos cambios de 0,001. Pero ¿es la situación descrita hasta ahora un problema? No por sí misma, todo depende de hasta donde pretendamos llegar con estos datos.

Todo el conjunto de transformaciones, mediciones, procesos intermedios y encuestas implica que, como norma general, medimos muchos datos macroeconómicos con error del que desconocemos su distribución. A la hora de plantear un modelo, los resultados son muy distintos, si pensamos que estamos diseñando un modelo donde las variables son directamente observables y se miden sin error, o si partimos de una situación donde cada una de las variables tiene un error del que desconocemos su distribución. Ante la segunda situación, una vía de escape sería suponer que la suma de los errores, cuya distribución desconocemos, es igual a cero. Pero aceptar que realmente se dé de forma general esta condición tan poco probable y especial es ingenuo, o una creencia autoimpuesta de manera acrítica.

¿Qué supone que nos movamos en un universo de datos cuyas distribuciones de errores desconocemos? Supone aceptar que la econometría se enfrenta a una serie de dificultades insalvables y que los resultados ofrecidos tenderán a ser menos fiables de lo esperado. Si a ello le sumamos la ausencia de Leyes universales, nos encontramos ante una situación muy distinta a la de las Ciencias Naturales. Un ejemplo claro es que mientras que, en Física, si un experimento no replica una ley, se cuestiona la ley y nos encontramos ante un hallazgo de gran magnitud para el avance de la Ciencia. Mientras que en econometría se hacen regresiones hasta que se consigue el resultado deseado, bien cambiando el horizonte temporal de los datos, realizando nuevas transformaciones, o introduciendo y sacando variables.

¿Cómo nos afecta? En principio un lector poco experimentado pensaría que si se cuida de no leer este tipo de publicaciones no tendría problemas. Nada más lejos de la realidad. Decisiones tan delicadas como la política de recortes defendida por el FMI se han justificado mediante estudios con problemas como los anteriormente descritos. En otras palabras, estas técnicas se han utilizado para justificar políticas de una ideología determinada que han llevado a decisiones erróneas muy costosas, para los habitantes de determinados países, y que se han resuelto con un artículo y un disclaimer que nos avisa que la opinión del Economista Jefe del FMI no representa la visión del propio FMI.

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